El origami, o la papiroflexia para niños/as, es el conjunto de técnicas que permite realizar figuras en papel doblándolo, sin realizar cortes ni usar pegamento. El origami procede de Japón y, además de ser entretenido, tiene una serie de beneficios para los niños/as.
Algunos de sus beneficios:
- Incentiva la imaginación, ya que el niño/a puede hacer sus propios diseños de origami para crear nuevas figuras. Se potencia la capacidad de visualizar e imaginar.
- Desarrolla la destreza manual y la coordinación de las manos con los ojos. Para crear una figura perfecta hay que realizar los pliegues con cuidado y precisión. Por eso mismo, también mejora la atención.
- Desarrolla la paciencia y la constancia. El niño/a aprende que es posible necesitar varios intentos antes de que la figura de origami salga bien. Conseguirá aprender de los errores, algo que le va a ser muy útil.
- Mejora la memoria, puesto que ha de llevar la cuenta de qué pliegues ha hecho y cuáles son los que deberá hacer a continuación.
- Desarrolla la concentración visual y mental, al estar centrado en conseguir la figura de origami.
- Ayuda a comprender conceptos espaciales, como delante, detrás, arriba o abajo.
- Refuerza la autoestima. Cada acierto es un éxito que motiva al niño/a a seguir probando y aprendiendo.
- Relaja a los niños/as, pues hace olvidar posibles situaciones de estrés o temores que pudieran tener en un momento dado. Es un buen pasatiempo.
Origami significa, literalmente, 'doblar papel' y en sus inicios se trataba de un pasatiempo reservado solo a los nobles y a los ricos, debido al alto coste del papel.
0 comentarios:
Publicar un comentario